Pagar sí, pero ni en oro ni en plata

Un vecino pide que se le levante la obligación de satisfacer en metales preciosos una hipoteca

J. F. ROBLES / Un vecino de Caravaca de la Cruz ha planteado una demanda en un juzgado de Primera Instancia de esta localidad en la que solicita ser liberado de la obligación que tiene de pagar unos suministros «en monedas de plata u oro», según la hipoteca firmada hace ahora 120 años.

El demandante refiere en su solicitud que la hipoteca, constituida en 1891, a favor de Antonio Jiménez y Dios, quien se comprometía «a suministrar géneros del país y extranjeros de su establecimiento a Asunción Cánovas y Martínez, y a su hijo Amador Ibáñez y Cánovas». Mientras que los compradores, por su parte, adquirían el compromiso «de pagar los géneros a Antonio Jiménez, en su establecimiento de Caravaca de la Cruz, en monedas de plata u oro precisamente dentro de los 120 días siguientes a su entrega y por el precio de factura, bajo pena de gastos, daños, perjuicios y costas, sea de la clase que fuese el juicio que se entablara».

El gravamen recogido en la hipoteca para garantizar el pago de las compras pesa sobre una finca rústica conocida por el nombre de Casa de Carrión, en la huerta de Caravaca de la Cruz, con una superficie total de poco más de cinco hectáreas y que está divida en ocho trozos de tierra de distinta superficie.

El acuerdo judicial, adoptado a instancias del solicitante de liberación de cargas, E. S., ha llamado a «Antonio Jiménez de Dios y a sus causahabientes, en su caso, como titular del gravamen» para que puedan comparecer y exponer lo que mejor convenga su derecho.

Con el expediente, han indicado a fuentes judiciales, se trata de eliminar esta traba que hasta que sea suprimida impide la transmisión de la finca.