jueves, 19 de abril de 2012

LA PASION POR LA CARRERA DE LOS CABALLOS DEL VINO

Caballistas para la historia
Pascual Martinez Torrecilla
Morety 2012 ./Pascual Martínez Torrecilla, «Pascualín», nació en el año 1959 en el seno de una familia humilde dedicada a las labores agrícolas. Su padre, Pascual Martínez, era de Moratalla y su madre, Purificación Torrecilla, caravaqueña de la familia de los Torrecillas y de los Peruelos. Él es el noveno de diez hermanos, granjero, agricultor y en estos últimos años se ha dedicado al mundo de la construcción.
Lleva 29 años participando en las Fiestas, consiguiendo cuatro primeros premios de carrera,  aunque él solo reconoce tres (ya que uno de ellos no fue justo, a su parecer, puesto que se cayó antes de llegar a la meta), cuatro segundos y varios terceros, cuartos… En su trayectoria caballista ha realizado más de cincuenta carreras en la Cuesta, en el festejo de los Caballos del Vino, ya que algunos años llego a correr la Cuesta hasta en cuatro ocasiones.

Sus primeros recuerdos son de cuando contaba tan solo unos diez años de edad, cuando subió por primera vez a la Cuesta del Castillo para ver a su hermano Diego correr, junto al Bomba y Simón que hacían llamar al caballo Dragón. También salía su hermano Ángel con el Caballo Terremoto, que era potro, llevándose el primer premio ese año y que al terminar la Cuesta sufrió una caída y como estaba de tierra y piedras se aporreó y bajaba llorando del susto. En su memoria guarda aún cuando el día uno de mayo subían a jinete la Cuesta del Hoyo
1999 - El Flores - Pascual - Reina - Esteban - Alejandro y Macuin
2001 - Pascual - Macuin - Esteban Y el Flores
Primer Premio con la Peña Cabecico
 Pascual y su hijo David
Macuin, Abel, Antonio "el Cebolla"- Pascual
en pie David y Julianin "el Chato"
Su primera intervención en los Caballos de Vino fue en el año 1972, junto a Esteban «El Zurrones», Manuel Picón, Juan Sánchez y «El Mingo», del barrio del Cabecico, al caballo le decían El Pirulo, alquilándoselo al Butifarra, costándole el alquiler 250 pts y el premio que consiguieron fue de la misma cuantía. En este caballo permanece hasta el año 1977, de ahí, y hasta el 1982, pasa a correr con la yegua Guerrera y con el caballo El Terremoto, que eran propiedad de «Luis, el Rono» y competían con el Guerrita que lo corrían los frenos. Pascualín corría junto a los hermanos Pegotes, consiguiendo dos primeros premios y uno, como el dice medio robado, (ya conocíais a los Ronos, cuando el Luis se iba para la tribuna, la cosa se ponía seria). Ese año 82 se igualó por primera vez en la historia el premio de carrera con el de enjaezamiento, decir que en aquel año los premios eran económicos y se igualó a 50.000 pesetas (300 euros) para revitalizar la carrera, siendo Presidente del Bando Gil López López.
Primer premio año 1995 con el Caballo quirino
David - Antonio "el cebolla" - Pascual y Julianin "el Chato"
Año 1992 Pascual con el Caballo Negrete
En el año 1983 alquiló la yegua Alcantarilla Garbosa, que era muy rápida, con ella consiguió un segundo premio y este animal, con «Pascualin», consiguió varios primeros en los años ochenta, siempre con amigos del barrio del Cabecico. Del 1983 al 1990 corrió con distintos caballos e incluso fundó junto a su hijo David, que por entonces tenía muy pocos años, la Peña el Chollo, un pony con el que participaban todos los niños del barrio, hasta que en el año 1990 adquiere el caballo Negrete con el que sube la cuesta varios años junto a su hijo David,  consiguiendo como premio más destacado el tercero en carrera. En el 1994 adquiere el caballo de nombre Gitano, consiguiendo en estos años un noveno premio.
2001 - Pascual - Macuin - Juan M. Reina - Esteban - Flores y Diego "el Cebolla "
Recordemos que en aquellos primeros años solo cinco o seis  caballos competían por la carrera, de ellos dos o tres eran de Los Frenos y los caballos de Los Ronos, tampoco había nada estipulado, como ahora, que una persona solo puede correr una vez la Cuesta, en esos años se corrían tres o cuatro veces con distintos caballos, y posteriormente se cambiaban las camisas para que no fuese cada corredor con la misma camisa.
Pascual - Abel  - Reina y Antonio el Cebolla con el Caballo Pelo Vaca
Pascual - Macuin y Esteban -
de luto por el padre de los Cebollas fallecido
El año más significativo fue en el 1995 con el caballo Quirinos, propiedad de Antonio el Cebolla, consiguiendo el primer premio, corriendo juntos él y su hijo David y detrás fueron Julianín el Chato y Antonio el Cebolla. Desde aquí apuntamos que, con los datos que disponemos, es la primera y única vez que en la historia de la Carrera de los Caballos del Vino se ha dado este hecho, padre e hijo obtener el primer premio de carrera corriendo juntos. A partir del año 1995 comienza a salir con caballos emblemáticos y de gran importancia en el Festejo como son El Furia, el Pelo Vaca…

Nos explicó lo difícil que fueron los primeros años 90 para la Carrera, ya que predominaban los bordados y algunas peñas de manto nuevo propusieron de quitar la carrera, ellos daban la vuelta por el canapé del Castillo para no correr la Cuesta, quedándose muy pocos caballos para la carrera, también nos dice que incluso se llegó a proponer desde el Bando el cobrar un dinero para los caballos participantes de carrera, llegándose incluso a pensar de hacer un Bando de los Caballos del Vino paralelo al que había, tiempos difíciles en los cuales reinó la razón ya que el ambiente estaba muy caldeado. 

Pascual nos comenta: « En el  año 1992 nos engañaron, todo eran trabas y peros para los que queríamos correr la Cuesta. Salíamos El Reina, El Cebolla, Macuin, Esteban el Guardia, Alejandro... y para convencernos, ya que querían quitar la Carrera, no voy a decir las Peñas y las personas que lo propusieron pero sí diré que eran las que aspiraban a los primeros puestos de enjaezamiento, como nosotros sacamos nuestro caballo, que era el Negrete, y las cosas esa mañana del día dos se pusieron feas, nos convencieron diciéndonos: Vosotros os esperáis al ultimo caballo y entonces corréis y entráis a participar en la Carrera, pero esto no fue así, cuando fuimos a correr todos los dirigentes desaparecieron y con ellos el cronometro, nosotros nos callamos y nos bajamos. Si por ellos hubiera sido de la carrera posiblemente nadie se acordaría hoy en día»

Añadir que gracias a un grupo reducido de caballistas, amantes de la Carrera, este Festejo se encuentra hoy en todo su esplendor. De ello hablaremos en breve en Caballistas para la Historia.

Para Pascual ver la fiesta hoy, ver el auge que han logrado los jóvenes subiendo la Carrera, a cotas inimaginables hace tan solo unos años, ver que la lucha que mantuvimos por mantener la Carrera ha dado sus frutos es lo más grande para los que amamos los Caballos del Vino. Aunque nos declinemos por una u otra modalidad del festejo pienso que sin la fusión de enjaezamiento y carrera esto no sería igual.

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