Luis Leante: "Ganar premios literarios en España es fácil"
Fátima Uríbarri. Intereconomia.com/ En ‘Cárceles imaginarias’ relaciona los pasos de un viudo deprimido y el atentado anarquista del Corpus de 1896. "Mis novelas tienen varias tramas, como la vida".
Luis Leante (Caravaca de la Cruz , Murcia, 1963) es de los pocos autores españoles que cultivan la novela española contemporánea. Y no le ha ido mal: entre otros ha merecido el Premio Alfaguara, con Mira si yo te querré. Ahora, en Cárceles imaginarias (Alfaguara), sin embargo, entrevera una trama histórica.
-¿Cuáles son las cárceles imaginarias?
-Las que el ser humano hace a su alrededor y le impiden ser libre.
-¿Nos las construimos nosotros?
-Sí, somos víctimas de nosotros mismos, nos imponemos tramas y tabúes.
-¿A qué tipo de trabas se refiere?
-Cada cual se pone las suyas; pueden ser prejuicios, frenos, impedimentos que nos inventamos. Puede ser el trabajo, nuestra personalidad, nuestra falta de empatía...
-¿Cuáles son las de los protagonistas de su novela?
-La de Matías Ferré es su pasado: la muerte de su mujer le sume en una profunda depresión, en un lamento constante de lo que ha perdido y eso le impide vivir y disfrutar de lo que tiene delante. Y la cárcel imaginaria de Ezequiel es su entorno social, su familia, es una prisión de la que se libera con los movimientos anarquistas.
-¿Por qué usted siempre escribe varias tramas?
-Casi nunca cuento una sola línea argumental porque en la vida vivimos varias tramas a la vez: tu trabajo, tu familia, tus amigos, tus cárceles imaginarias...
-¿Por qué ha elegido escribir sobre el atentado anarquista del Corpus de 1896 en Barcelona?
-Porque fue un acontecimiento muy importante que todavía sigue siendo un enigma. Supuso una represión brutal. Hubo detenciones encarcelamientos, ejecuciones... Y ninguno de los detenidos tuvo nada que ver con el atentado. De hecho, todavía hoy ni se sabe quién lo cometió. Y aquella represión brutal produjo una protesta internacional unánime, que provocó una amnistía.
-Es un hecho histórico impactante.
-Y además no hubo justificación a la reacción de las autoridades: fue desmesurada, un despropósito que tuvo consecuencias, a Cánovas del Castillo lo mataron como venganza de aquellos procesos.
-¿Por qué el anarquismo es tan literario?
-El anarquismo tiene varias caras, una es la intelectual, otra la violenta. Y tiene un halo romántico, supongo que porque ha desaparecido.
-¿Guarda sus libretas negras en las que apunta los gérmenes de sus novelas?
-Las conservo todas, desde que tengo 16 años. Están archivadas. Son como diarios sin pretenderlo. Creo que son cosas para trascender, pero se van quedando ahí, no las vuelvo a leer.
-¿Las destruiría?
-No, sería como destruir la memoria, y esa es una de mis preocupaciones. Tengo miedo a la pérdida de la memoria, a olvidar de dónde vengo y quién soy.
-¿De dónde viene y quién es?
-Soy el hijo de un droguero de Caravaca de la Cruz ; soy el hijo de Juanita, la hija del carpintero, y mi calle, la calle mayor de mi pueblo, es mi patria.
-¿La literatura le sirve para no olvidar?
-Sí, pero no es esa su finalidad: la utilizo para sacar fuera cosas que llevo dentro, que me inquietan, experiencias que me queman.
-¿Hay algo de esas experiencias en ‘Cárceles imaginarias’?
-Hay vivencias, pensamientos, reacciones, ideas... Recordar y el azar son el motor de nuestras vidas.
-Ha ganado 17 premios, desvélenos el truco.
-He ganado más de 17, y el único truco es presentarse. Es puro azar también. No es tan difícil porque en España se convocan más de 3.000 premios al año.
-Eso no significa que sea fácil ganarlos.
-Hay autores que han ganado cientos de premios literarios y no les conoce nadie. Yo me presenté al primero a los 16 años y lo hice para poder publicar, era la única manera. Y aun así muchos no se han publicado, durante años ganaba dinero con los premios, pero no publicaba.
-Ha cambiado mucho de género y es de los pocos que ambienta sus novelas en el presente.
-Escribo sobre lo que me llama la atención, si surge una historia policiaca o medieval, la escribiría.
-Usted dijo que no quería ser escritor profesional.
-Porque no podía serlo, ahora lo soy porque puedo escribir y pagar las facturas.
-Todos nos alimentamos de ficción, pero no todos la inventamos.
-Cierto, hay un porcentaje pequeño de escritores respecto al de lectores. Creo que cuando la ficción es importante en tu vida acabas necesitando inventarla: quieres escribir la novela que quisieras leer. Pero yo he disfrutado mucho más como lector que como escritor. El estado ideal es el de lector.
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