lunes, 9 de enero de 2012

Un mito de la enseñanza gestado en Caravaca

El profesor zamorano Jesús Álvarez, afincado en Caravaca de la Cruz, fue el artífice de un pequeño libro con el que varias generaciones de españoles aprendieron a leer y escribir
ENRIQUE SOLER.- Las generaciones de caravaqueños de los años 70 y 80 aún recuerdan con nostalgia las cartillas de ´La pera´ y el famoso ´micho´, libros de aprendizaje y alfabetización con los que miles de niños aprendieron a leer y escribir. Y es que para cada generación de escolares siempre hay un libro mítico, y el caso de los de la década de los 50 fue la cartilla Álvarez. Ahora, de la mano de la editorial Edaf, se vuelve a poner a la venta en facsímil.

Este libro fue creado por el profesor zamorano afincado en Caravaca Jesús Álvarez Pérez, quien, junto a su esposa Felisa Hortigüela, llegó la Ciudad Santa en 1950. Desde entonces formó parte del equipo de trabajo que compuso Enciclopedia Álvarez y fue el responsable de elaborar la famosa cartilla. El maestro combinó esta actividad con su trabajo como docente en la escuela.

Según los artículos y apuntes históricos sobre su vida, escritos por el cronista oficial de Caravaca, José Antonio Melgares, Álvarez era natural de Ceadea, pequeña aldea de la provincia de Zamora, donde nació en 1907 en el seno de una familia en la que él era el mayor de seis hermanos (cinco chicos y una chica) y a la que muy pronto faltó la madre.

A los nueve años ya estaba interno en el colegio de los Agustinos de Valladolid, donde conoció al padre Arrupe (luego Prepósito General de los Jesuitas) y al escritor Miguel Delibes, con quien se carteó durante muchos años. En esta ciudad castellana cursó los estudios primarios, los secundarios y los de Magisterio, y también allí, en la Normal de Maestros, conoció a quien con el tiempo se convertiría en su esposa, Felisa Hortigüela Pérez, natural de la aldea burgalesa de Sarracín.

Concluida la carrera y aprobadas las oposiciones, contrajeron matrimonio y obtuvieron su primer destino en Ceanuri, localidad bilbaína donde en 1936 nació su primera hija, Menchu, y donde les tocó vivir el bombardeo de Guernica. Depurados políticamente, como tantos maestros españoles durante los primeros años de la dictadura del general Franco, y repuestos pronto en sus puestos de trabajo, fueron destinados a Lemoniz (Bilbao), donde nació su segunda hija, Angelines. Fue en 1940 cuando les destinaron a Atamaría, localidad del Campo de Cartagena, desde donde se trasladaron a la pedanía ceheginera de Canara y posteriormente a Caravaca de la Cruz, donde se empleó de lleno en el equipo que, dirigido por su hermano Antonio (también maestro), compuso y editó la famosa enciclopedia Álvarez, editada en Valladolid por la ya desaparecida Editorial Miñón.

El equipo docente también se implicó en la elaboración de la cartilla Garabatos, inicialmente editada por Tipografía San Francisco, de Murcia. Garabatos se editó en tres volúmenes y se anunciaba para la enseñanza de la lectura, escritura y dibujo, simultáneamente. Se vendían a 2, 3 y 5 pesetas, según el grado de dificultad. Junto a la cartilla también se compuso Mi diario de preparación de lecciones, que orientaba al maestro para el trabajo de cada sesión

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